Ir a medias, no ir

Hoy me dirijo a ti, que una noche bajaste las estrellas para ella y pintaste un mundo de colores lleno de senderos por los que caminar de la mano. Invertiste tu tiempo en ganarte su corazón y conseguiste que decidiese pasar su tiempo a tu lado. Te entregó su cuerpo y su mente, su alma y sus labios. Sí, hablo contigo, la misma persona que hacía piruetas con la imaginación para contrarrestar la falta de recursos, con quien esperaba ansioso sus mensajes o llamadas. Contigo, maldita sea, ese ser humano al que se le dibujaba una sonrisa en la cara al despertar y leer sus buenos días, ese individuo que sufría sus ausencias y deseaba una próxima vez colmada de oxígeno para sobrevivir dentro de una realidad asfixiante. Te hablo a ti, que temblabas al girar la esquina de esa calle en la que habíais quedado para tomar café.

Ya no recuerdas cómo veías amanecer cuando mirabas al fondo de sus ojos, te has olvidado del miedo a encontrarla y no saber si podrías controlar las ganas de acercarte a su boca, olvidaste la magia del roce de su piel. Luego, la primera vez que se quedó dormida en tus brazos, el olor de su pelo, la camisa arrugada de andar por casa en la mañana y el calor de su rostro en tu pecho. Después, todas las noches en vela hablando de nada y de todo, arreglando una vida en común o los problemas universales. Las miradas cómplices, las canciones que hablaban de ambos y el fuego escondido bajo las sábanas.

Ya no te acuerdas de todo eso, ahora no te la ganas cada día… Ya no te vale aquello, es solo rutina y la emoción se ha diluido, de modo que dispones buscar en otro lugar. Eso sí, sin abandonar tu trinchera.

¿Por qué te has acomodado? ¿Por qué tus esfuerzos se mudan a otra parte?

Y es que de pronto deseas más, y el tiempo no da para tanto. Así que decidiste una tarde no bregar a diario. Pensaste que ya estaba hecho y te habías ganado la eternidad. Sin entender que el infinito se inventa cada día, se pelea cada día, para que se valore asimismo cada día. Mientras, jugando en otros jardines en las noches de rocío porque de pronto la rutina te ha comido la ilusión. Te ves apostando en la ruleta rusa del amor convencido de que tú sí podrás ganar a la banca. Pero no sabes que quien cree poder ganar ante ella, se engaña a sí mismo. ¿Merece la pena? ¿De verdad?

Y entretanto, ella sigue mirando por ti. Aunque por suerte, otros la miran a ella.

Tal vez un día vuelvas a despertar y desees volver a centrar tus ganas y sea tarde. Cada minuto que no le dedicaste fue un minuto en el que corrías un riesgo. Un riesgo hermoso, por otra parte, que en condiciones normales te mantiene alerta. Es el riesgo de perder. Ése que te empuja a ser diferente al resto, una mejor persona, a buscar su risa entre las sombras. Pero con un poco de suerte, alguien la habrá descubierto como en su día lo hiciste tú, aunque sin descuidarla como sí te permitiste. Y se hará justicia. Precisamente por no haber sido justo. Por no hacerle saber que te guardarías algo, que no era un todo o nada, sino un veremos. O por no confesarle tu desencanto, si se trata de eso, cuando éste llegó sin avisar.

engaño

Amigo, cuando se va, se va con todo. Y si no es así, mejor no vayas. Es mejor esperar a estar preparado que, como hacen tantos, tomar una carta de la baraja que te permita una buena partida en lo que llega la mano ganadora. A mí nunca me gustaron los que pretenden ganar con trampas.

Si vas, ve con todo. Si vas, sé honrado. Y si no, no hagas que se la jueguen contigo.

2 comentarios

  1. Carmen Lugo · octubre 19, 2015

    Una pareja es cosa de dos…nunca se puede responsabilizar a una de las partes porque no seria justo…siempre lo he pensado.
    Hoy leo tus palabras y veo el motivo de mi divorcio. 15 años tirados a la borda por no mantener la ilusión dia a dia. Por creer tenerlo seguro.
    Quizás debí ser mas exigente y reclamar atención y no esperar a que surgiera e él como me nacía a mí.
    Pasé de estar locamente enamorada del padre de mis hijos, a desilusionarme y a entristecerme, hasta que wl amor murió desconsolado.
    Y como bien dices. ..luego ya es tarde.
    Ojalá tu blog lo lean muchos y les despierten antes de que sea tarde, porque luego sientes que has fracasado por perder algo tan valioso como es el amor sincero y mutuo…tan difícil de encontrar.
    Gracias por tus palabras que aún destinadas probablemente a una persona, nos llega a muchos

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    • jacocorrea9 · octubre 19, 2015

      No siempre lo que escribo está destinado a alguien en concreto. Solo opino sobre situaciones de la vida que a todos en mayor o menor medida nos rodean.
      ¿Y sabes? No creo que sea un fracaso. No si se aprende del error. La vida normalmente siempre nos da otra oportunidad para todo. Y nos reta a hacerlo mejor. También en el amor.
      Un abrazo y gracias por leerme.

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